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Saberes y Memorias

Aquí se explora el archivo vivo de la comunidad Las Mercedes 1: sus tradiciones, sus tensiones y las voces que guardan su historia. Es un viaje a través de los saberes femeninos que rodeaban el nacimiento, el poder de la cocina como bastión de la unión familiar, las fiestas que se apagan y los nuevos encuentros que surgen en su lugar.

Del humo de la alhucema al bingo del sábado: un viaje por la memoria viva

La tradición oral en Las Mercedes 1 ha sido un tejido sostenido principalmente por mujeres, una red de cuidados transmitida de madres a hijas que marcaba los ciclos de la vida. Hoy, ese tejido muestra tanto su resistencia como su fragilidad.

El ritual del nacimiento: Ecos de un cuidado comunitario

El parto montuvio era un acontecimiento comunitario lleno de rituales hoy casi desaparecidos. El aire se llenaba con el aroma del sahumador de alhucema, que purificaba el espacio y anunciaba la llegada de una nueva vida. Las parteras, figuras centrales de este saber, administraban el canelazo rojo —una bebida curada por meses para "fortalecer a la parida"— y daban una gota al recién nacido . El cuidado era un acto colectivo donde las mujeres "peleábamos por lavar los pañales del recién nacido”.

Estos saberes, sin embargo, no tuvieron aprendices, y la brecha generacional es evidente. Como lo resume Sonia Mero (51 años):“A mi hija le dio asco cuando le conté que a los bebés les ponían aguardiente en el paladar”.

La cocina como puente y la fiesta como recuerdo

Si bien los grandes rituales se desvanecen, la cocina se mantiene como el vínculo cultural más fuerte, un "pegamento intergeneracional" que une a nietos y abuelas. El acto de preparar alimentos en el horno de leña o moler café a mano sigue siendo un puente de afecto y memoria. Como cuenta con orgullo Perpetua Clemencia Vélez (80 años): “Mi nieto pide que no corten los árboles de chontilla porque la abuelita le hace la colada”.

Sin embargo, las grandes celebraciones comunitarias donde estos saberes se manifestaban en todo su esplendor —como la bajada de reyes o la fiesta de la cosecha— hoy son solo un eco en la memoria de los mayores, pues no encontraron un relevo generacional. Incluso los cumpleaños han cambiado; la gallina criolla ha sido reemplazada, pues, como dice Olga Ibarra (64 años), “los niños exigen fiestas infantiles como en Portoviejo”.

Nuevos encuentros: El espíritu comunitario persiste

A pesar de la pérdida, el espíritu de unión de Las Mercedes 1 busca nuevas formas de manifestarse. Donde antes había procesiones, ahora hay una actividad que logra reunir a la comunidad: el bingo de los sábados . Organizado por un comité local, este evento convoca a adultos, niños y jóvenes, convirtiéndose en el nuevo espacio de cohesión social .

Este cambio demuestra que, aunque las formas evolucionen, la necesidad de encontrarse sigue intacta. El espíritu de unión persiste, aunque en formas distintas.